El aceite de oliva, el aceite de aguacate y el aceite de coco son los 3 tipos de aceites con los que deberíamos cocinar. Veamos por qué.
Cómo te mantienen sano el aceite de oliva y el aceite de aguacate
Los aceites de oliva y aguacate se componen principalmente de grasas monoinsaturadas, sobre todo ácido oleico, que se asocia a diversos beneficios para la salud. Las grasas monoinsaturadas se consideran uno de los mejores tipos de grasas que se pueden consumir porque favorecen la salud de varias formas importantes. Estas grasas saludables, que se encuentran en alimentos como el aceite de oliva, los aguacates y los frutos secos, ayudan a mejorar la salud del corazón reduciendo los niveles de colesterol malo (LDL) y aumentando el colesterol bueno (HDL). Esto reduce el riesgo de cardiopatías y accidentes cerebrovasculares. Además de los beneficios para el corazón, las grasas monoinsaturadas también son buenas para controlar los niveles de azúcar en sangre, lo que puede ayudar a prevenir o controlar afecciones como la diabetes de tipo 2. También proporcionan una gran fuente de energía duradera y ayudan al organismo a absorber los nutrientes esenciales de los alimentos.
El aceite de oliva contiene compuestos como el oleocanthal y la oleuropeína, que tienen propiedades antiinflamatorias. La inflamación crónica está relacionada con muchas enfermedades, como las cardiopatías, el cáncer y las afecciones neurodegenerativas, por lo que consumir alimentos que pueden ayudar a reducir la inflamación puede ser beneficioso para la salud en general.
El aceite de oliva y el de aguacate son ricos en antioxidantes, como la vitamina E y los compuestos fenólicos, que ayudan a proteger las células del daño oxidativo causado por los radicales libres. El aceite de aguacate también contiene vitaminas A y D, ácidos grasos omega-9 y luteína y zeaxantina, dos antioxidantes importantes para la salud ocular. Estos compuestos ayudan a proteger los ojos de la degeneración macular relacionada con la edad y las cataratas, filtrando la luz azul dañina y reduciendo el estrés oxidativo en la retina. Los antioxidantes desempeñan un papel clave en la reducción del riesgo de enfermedades crónicas y favorecen la salud general y la longevidad. Las grasas monoinsaturadas del aceite de oliva y de aguacate pueden potenciar la absorción de vitaminas liposolubles como la vitamina A, D, E y K. Esto significa que consumir aceite de oliva o de aguacate con alimentos ricos en estas vitaminas puede mejorar su biodisponibilidad y maximizar sus beneficios para la salud.
Los estudios han demostrado sistemáticamente que el consumo de aceite de oliva se asocia a un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Ayuda a mejorar los niveles de colesterol aumentando el colesterol HDL (colesterol bueno) y reduciendo los niveles de colesterol LDL (colesterol malo), favoreciendo así la salud del corazón. Algunas investigaciones sugieren que las grasas monoinsaturadas y los antioxidantes del aceite de oliva pueden tener efectos protectores sobre el cerebro, reduciendo potencialmente el riesgo de deterioro cognitivo y enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
A pesar de ser denso en calorías, el aceite de oliva puede ayudar a controlar el peso cuando se consume como parte de una dieta equilibrada. Su alto contenido en grasas monoinsaturadas puede ayudar a aumentar la sensación de saciedad y satisfacción, reduciendo potencialmente la ingesta total de calorías. Tradicionalmente, se ha utilizado para facilitar la digestión y aliviar los síntomas de los trastornos digestivos. Su consumo se asocia a una mejora de la motilidad gástrica y a la prevención de la formación de cálculos biliares. Algunos estudios sugieren que los antioxidantes y las propiedades antiinflamatorias del aceite de oliva pueden ayudar a reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer, sobre todo los cánceres del aparato digestivo.
Como el aceite de aguacate tiene un punto de humo más alto que el aceite de oliva, puede cocinarse a temperaturas muy altas y conservará sus propiedades nutritivas. Además, no se oxida fácilmente cuando se expone a altas temperaturas. Cuando el aceite de oliva se calienta a temperaturas muy altas durante la cocción (190°C (374°F)], puede sufrir un proceso conocido como peroxidación lipídica, que es la degradación oxidativa de los lípidos que conduce a la formación de compuestos nocivos. Por tanto, para cocinar a altas temperaturas, como hornear a más de 375 °F o asar a la parrilla, el aceite de aguacate es una mejor opción que el aceite de oliva. El aceite de oliva virgen extra, menos procesado, contiene más antioxidantes como los polifenoles, que pueden ayudar a ralentizar el proceso de peroxidación. Sin embargo, una vez que estos antioxidantes se agotan por el calor, el aceite de oliva se vuelve más propenso a la oxidación.
¿Y el aceite de coco?
El aceite de coco contiene triglicéridos de cadena media (TCM) que se han asociado a varios beneficios potenciales para quienes tenemos niveles elevados de triglicéridos:
- Metabolismo rápido: Los MCT se absorben directamente en el torrente sanguíneo y se transportan al hígado, donde pueden convertirse rápidamente en energía. Esto significa que se acumula menos grasa en el torrente sanguíneo, reduciendo así el riesgo de niveles elevados de triglicéridos.
- Menor Densidad Calórica: A pesar de ser una fuente de grasa, los MCT tienen una densidad calórica menor en comparación con otras grasas, lo que puede ser beneficioso para controlar el peso y reducir los niveles de triglicéridos.
- Mejora de la sensibilidad a la insulina: Los MCT pueden mejorar la sensibilidad a la insulina, lo que puede ayudar a regular los niveles de azúcar en sangre y reducir el riesgo de hipertrigliceridemia (triglicéridos altos).
- Efectos antiinflamatorios: Se ha informado de que los MCT tienen propiedades antiinflamatorias, que pueden ayudar a reducir la inflamación del organismo. La inflamación crónica se asocia a niveles elevados de triglicéridos y a un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Conclusión
En resumen, el aceite de oliva y el aceite de aguacate son una opción saludable por su contenido en grasas monoinsaturadas, ya que protegen tu corazón, favorecen la estabilidad del azúcar en sangre y te ayudan a sentirte satisfecho y con energía. Los triglicéridos de cadena media del aceite de coco lo convierten en una opción más saludable que las grasas saturadas, porque se convierten rápidamente en energía y no elevan los niveles de triglicéridos, y también pueden ayudar a regular el equilibrio del azúcar en sangre.