Por qué los niños corren el riesgo de consumir azúcar en exceso
La preferencia por lo dulce empieza muy pronto y, por ello, los niños corren el mayor riesgo de consumo excesivo de azúcar. Los niños suelen estar expuestos a alimentos y bebidas azucarados a través de diversas fuentes, como los tentempiés azucarados, las bebidas azucaradas y los alimentos procesados.
Dado que el exceso de azúcar se convierte en grasa en el organismo, la ingesta excesiva de azúcar equivale a calorías vacías que provocan obesidad y desnutrición en los niños. Esto no sólo afecta a su crecimiento y desarrollo, sino que también les predispone a desarrollar diabetes de tipo 2, hipertensión y otros trastornos metabólicos cuando sean adultos.
La buena noticia es que los casos futuros de diabetes de tipo 2 PUEDEN PREVENIRSE si protegemos a los niños del desarrollo de la obesidad en primer lugar. Enseñar a los niños hábitos alimentarios saludables a una edad temprana les reportará dividendos en salud en la edad adulta.
¿Qué dice la investigación?
En Estados Unidos, los datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) indicaron que alrededor del 20% de los niños y adolescentes de 2 a 19 años tenían obesidad durante 2017-2018. La diabetes de tipo 2 solía ser una enfermedad de adultos. Sin embargo, el aumento del número de niños con obesidad ha hecho que se diagnostiquen más casos de diabetes de tipo 2 en niños y adolescentes.
Una revisión reciente publicada por la Asociación Americana de Diabetes (ADA), utilizando una base de datos de unos 2 millones de jóvenes de 10 a 19 años, demostró la elevada prevalencia de la diabetes tipo 2 entre niños y adolescentes (figura del documento a continuación).
¿Cómo protegemos a nuestros hijos del consumo excesivo de azúcar y de la obesidad? Tenemos que empezar a leer las etiquetas de los alimentos y fijarnos en las cantidades de «azúcar añadido». Lo ideal sería que la cantidad de azúcar añadido fuera lo más cercana posible a cero. Una forma de reducir la carga de azúcar en la comida de los niños es reducir la ingesta de alimentos procesados y optar en su lugar por alimentos naturales e integrales. Promover la actividad física regular también es vital para mantener un peso saludable.
Consejos prácticos para mantener sanos a nuestros hijos
- Promueve hábitos alimentarios saludables:
- Proporciona comidas nutritivas con una variedad de frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras.
- Limita el consumo de tentempiés azucarados, bebidas y alimentos procesados.
- Fomenta la actividad física regular:
- Incorpora actividades físicas diarias a las rutinas familiares, como paseos a pie, en bicicleta o deportes.
- Limita el tiempo frente a la pantalla y fomenta el juego al aire libre.
- Modela comportamientos saludables:
- Sé un modelo positivo practicando hábitos alimentarios saludables y un estilo de vida activo.
- Implica a toda la familia en la toma de decisiones saludables.
- ¡Cocina con tus hijos! Implicar a los niños en la preparación de las comidas puede animarles a probar nuevos alimentos y a desarrollar hábitos alimentarios más sanos.
- Establece horarios regulares para las comidas:
- Establece horarios constantes de comidas y meriendas para fomentar una rutina alimentaria estructurada.
- Evita utilizar la comida como recompensa o castigo.
- Limita el tamaño de las raciones:
- Ten en cuenta el tamaño de las raciones y evita fomentar el comer en exceso.
- Enseña a los niños a escuchar las señales de hambre y saciedad de su cuerpo.
- Crea un entorno doméstico saludable:
- Ten a mano tentempiés saludables y limita la disponibilidad de opciones poco saludables.
- Fomentar un ambiente positivo y de apoyo en torno a la comida y la imagen corporal.